Adolecer es sufrir

Si consultamos el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, encontraremos que este término quiere decir sufrir o padecer. Esto es lo que le ocurre a todo niño que cumplida una determinada edad, vive un cambio hormonal que le conduce a una nueva etapa de la vida: la adolescencia. Éste es un período de transformación a distintos niveles, biológico, sexual, social y psicológico. A este último me voy a referir, dado que es el que nos compete a los psicoterapeutas. Afrontar la vida de otra forma, salir más, elegir qué rama de estudio seguir en el colegio o qué amigos frecuentar, entre otras muchas cosas, enfrenta a los jóvenes a sus primeras grandes decisiones y cómo no, a sus primeros grandes conflictos. Reacciones de nervios, angustia e incluso algo de agresividad, son reacciones frecuentes durante esa descarga de hormonas que se está desencadenando al tiempo.

Y mientras todo esto ocurre, no debemos olvidar que con frecuencia los padres pueden están atravesando momentos personales difíciles y momentos biológicos complicados, que tampoco se pueden soslayar. Un ejemplo de ello es la menopausia de las madres, edad complicada en la que no es extraño coincidir con la adolescencia de algún hijo. De manera que al mismo tiempo, dos personas en la misma casa y con los mismos horarios y rutinas vitales, están sufriendo por dentro importantes cambios biológicos a la vez que físicos que se traducen en sufrimiento, en ocasiones incomprendido por las personas de su alrededor.

Sirva este artículo, para cuestionarnos que “la culpa” en los conflictos familiares (palabra que suele servir para separar más que para unir), no está en poder de una de las partes exclusivamente. A veces, en ambos lados hay falta de entendimiento y de comprensión, cuando cada uno de ellos no es consciente de su propio proceso. Algo de reflexión sobre este tema puede ayudarnos a abrir los ojos, para aprender a ser conscientes de que este cambio significa adolecer, o sea sufrir, y esto le ocurre tanto a los padres como a los hijos.