El cerebro y sus automatismos
El cerebro es una estructura compleja que va estableciendo unas normas de juego desde la infancia y también a lo largo de la vida. El entorno, la cultura y la educación, van modificando a cada paso este juego mental a la manera del trabajo de un escultor, haciendo que nos vayamos adaptando a nuestro medio mejorando con ello nuestra vida. Aún así, cada persona sigue sus propias normas y su particular manera de comprender e interactuar con lo que le rodea. Nuestro cerebro va automatizando estos comportamientos y bastan unos meses de continuadas pautas para automatizar nuevas maneras de actuar.
La psicoterapia es el arte de modificar el comportamiento no adecuado, el arte de cambiar aquellas formas de “jugar la vida”. Cuando esto no se hace, este funcionamiento dañino puede extenderse poco a poco a otros sectores de la vida con posibles consecuencias negativas. Nuevamente, volvemos al término “automatizar” porque interviene de manera fundamental en el resultado positivo de la psicoterapia. Sólo aquello en lo que se persevera queda grabado o implementado en el cerebro de forma permanente, mientras que lo que se trabaja superficialmente como la herida que cierra en falso, parece curada cuando realmente no lo está. Es verdad que el análisis para modificar pautas de comportamiento puede ser doloroso y no suele ser un toque mágico o un visto y no visto, ya que implica desautomatizar lo ya grabado para volver a grabar lo asimilado en la terapia.
Psicoterapia por ello, es cambiar, es esfuerzo, es desautomatizar para automatizar después y todo ello para poder volver a jugar la vida, pero esta vez con menos dolor y más ligereza.